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El Consejo de Economistas critica con fuerza el nuevo gravamen a bancos y energéticas

El Consejo General de Economistas (CGE) no ve con agrado los nuevos impuestos a la banca y a las empresas energéticas que entrarán en vigor en 2025, ya que considera que se trata de gravámenes sectoriales carentes de un fundamento económico claro. “Parece que los impuestos se implementan y eliminan en función de maniobras puramente políticas, sin tener en cuenta la recaudación y los posibles beneficios que podrían generar”, ha expresado con preocupación el presidente del organismo, Valentín Pich, este viernes. “Sin embargo, hay un efecto muy perjudicial que consiste en demonizar al sector empresarial por obtener ganancias”. La entidad también ha criticado la manera en que se han aprobado estos impuestos y el conjunto de medidas fiscales que los acompaña, señalando que se hicieron a finales de año y de forma desarticulada en diversos textos legislativos. “Esto genera inseguridad jurídica e incertidumbre”, ha concluido Agustín Fernández, presidente del Registro de Economistas Asesores Fiscales del Consejo (REAF-CGE), en una conferencia de prensa sobre las novedades tributarias que el Congreso y el Gobierno acaban de aprobar.

El impuesto a la banca, que entró en vigor en 2022 como figura temporal para gravar los beneficios extraordinarios de las grandes entidades, registrados al calor de la subida de los tipos de interés, ha sido reformado para que se mantenga durante los tres próximos años y sea progresivo: los tipos subirán en función del volumen del margen de intereses y comisiones generado por las entidades. El tributo fue incluido en el paquete fiscal que votó el Congreso en el último pleno del año. El nuevo gravamen a las grandes energéticas, en cambio, ha sido aprobado por decreto el pasado 23 de diciembre, también con modificaciones con respecto al esquema anterior, entre ellas la introducción de incentivos a las inversiones verdes. Pero es muy probable que decaiga debido a que el Gobierno no cuenta con los votos suficientes para que se convalide en las Cortes.

“Nosotros no entramos en los procesos parlamentarios ni en los juegos políticos (...), pero no nos acaban de convencer estos impuestos especiales para determinados sectores. Cuando ganan dinero pagan el impuesto de sociedades y cuando pierden dinero es su problema”, ha comentado Pich, quien considera que las subidas de impuestos específicas para ramas concretas de la actividad tienen un efecto perverso. “Sin querer, queda un discurso de demonizar sectores. Si las empresas ganan dinero, en todo caso se les puede dar incentivos para que reinviertan. Esta es un poco nuestra posición”.